24 de Julio 2006
(Iguazú, Misiones)
Hicimos varias paradas durante el transcurso del camino, pero empecé a fijarme de lo que se venía en lleno al amanecer, al notar todo el verde y las calles de barro. El hambre nos atacaba.
Un poco más del medio día y estábamos en la estación de Iguazú. Pero antes de irnos directamente al hotel pasamos por una agencia para averiguar sobre las excursiones que podíamos comprar y realizar al día siguiente. Buffoni había tomado la iniciativa, qué energía que tiene!
Posteriormente nos fuimos caminando al hostal, "las chicas" habían llegado, nos acomodamos rápidamente y nos fuimos a caminar por el pueblo hasta encontrar un restaurante donde comer. No se podía andar tanto, había que comer pero ya! Así que entramos a una parrillada y pedimos lo mismo con ensalada. Un banquete de diferentes estilos de corte de carne. Buffoni mencionaba que era y yo probaba muy obediente. Según ella no estaba al 100%, pero para mí y para el tipo de carnes que como en este país estuvo más que bien.
Muchos turistas en el área, desde 'brasileiros', 'guaraníes' y 'charruas'.
Más tarde fuimos al supermercado a comprar lo necesario, pero más que nada muchas picaderas para solo tener que comer una vez al día fuerte. Andamos gran parte del pueblo porque se podía hacer fácil y rápido a pie, viendo los escaparates con las frutas locales (paaf!, como extraño el kiwi y las fresas con crema).
A la noche nos alistamos y salimos para ‘Cuba Libre’, a bailar (sobre todo!), a tomar lo que apeteciera y a ver qué nos podíamos topar. Entre tanto nos avisaron que como era Lunes, era poco probable encontrarse con un ambiente más joven. Igual nos sentamos allí y a tirarse un par de palitos (Quilmes) mientras nos ponemos al día con nuestras vidas, hasta que prácticamente quedábamos nosotras y los camareros. Es más, voy a ser sincera, nos botaron!
Camino al hostal me agarró un resfriado y a Buffoni también, el cual brotó a la mañana siguiente; yo estaba preparada para cualquier enfermedad o accidente porque Winnie The Pooh había dispuesto un botiquín médico completo para este proyecto de viaje. Se lo agradezco enormemente, ya que utilicé bastante y me cuidó de empeorar mi condición.
Hicimos varias paradas durante el transcurso del camino, pero empecé a fijarme de lo que se venía en lleno al amanecer, al notar todo el verde y las calles de barro. El hambre nos atacaba.
Un poco más del medio día y estábamos en la estación de Iguazú. Pero antes de irnos directamente al hotel pasamos por una agencia para averiguar sobre las excursiones que podíamos comprar y realizar al día siguiente. Buffoni había tomado la iniciativa, qué energía que tiene!
Posteriormente nos fuimos caminando al hostal, "las chicas" habían llegado, nos acomodamos rápidamente y nos fuimos a caminar por el pueblo hasta encontrar un restaurante donde comer. No se podía andar tanto, había que comer pero ya! Así que entramos a una parrillada y pedimos lo mismo con ensalada. Un banquete de diferentes estilos de corte de carne. Buffoni mencionaba que era y yo probaba muy obediente. Según ella no estaba al 100%, pero para mí y para el tipo de carnes que como en este país estuvo más que bien.
Muchos turistas en el área, desde 'brasileiros', 'guaraníes' y 'charruas'.
Más tarde fuimos al supermercado a comprar lo necesario, pero más que nada muchas picaderas para solo tener que comer una vez al día fuerte. Andamos gran parte del pueblo porque se podía hacer fácil y rápido a pie, viendo los escaparates con las frutas locales (paaf!, como extraño el kiwi y las fresas con crema).
A la noche nos alistamos y salimos para ‘Cuba Libre’, a bailar (sobre todo!), a tomar lo que apeteciera y a ver qué nos podíamos topar. Entre tanto nos avisaron que como era Lunes, era poco probable encontrarse con un ambiente más joven. Igual nos sentamos allí y a tirarse un par de palitos (Quilmes) mientras nos ponemos al día con nuestras vidas, hasta que prácticamente quedábamos nosotras y los camareros. Es más, voy a ser sincera, nos botaron!
Camino al hostal me agarró un resfriado y a Buffoni también, el cual brotó a la mañana siguiente; yo estaba preparada para cualquier enfermedad o accidente porque Winnie The Pooh había dispuesto un botiquín médico completo para este proyecto de viaje. Se lo agradezco enormemente, ya que utilicé bastante y me cuidó de empeorar mi condición.
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