(Les invito a visitar mi nuevo blog: Le Moustre's Art Center)


Esta es una versión digitalizada de lo que han sido mis viajes, hasta ahora, por los diferentes rincones de este mundo, del cual podrán conocer un poco más a través de mis ojos, mis descripciones, mis pensamientos, mis andanzas, además de los obstáculos, los disgustos, las gratas e ingratas sorpresas que tuve que experimentar para llegar a esos lugares que escogí para encontrarme, explotar y satisfacer mis sentimientos e ilusiones.

El nombre surgió a partir del momento en que decidí que realizaría una "trayectoria viajera" por el Sur de América en el 2006, empezando por Argentina. ¿Por qué? Lee y encontrarás mis razones más adelante. El viaje se extendería por Brasil, quizás Paraguay (no estaba previsto ni detallado en planes exactamente), Uruguay y, el regreso al punto de partida, Argentina.

Los viajes que realicé anteriores a mi trayectoria de viaje no los detallaré como tal, a lo mejor los mencionaré entre tanto o hablaré de algunas personas importantes que conocí durante, porque no tendría sentido mencionarlos si no se llevaron a cabo después de que tomó vida este proyecto, a parte que no siempre fueron un sueño.

Trayectoria Viajera: Cataratas de Iguazú

25 de Julio 2006

(Cataratas de Iguazú)

Me asentaron bien esas cervezas, había dormido como un bebé a pesar del malestar del resfriado que se venía. Buen clima. Pantaloncitos de trotar, un polo-shirt, una gorra, unas reefs, mochila al hombro con la mini-despensa y el desayuno esperando por nosotras en el lobby del hostal. Había dos británicos que se organizaban para salir a montear o algo por el estilo, ya llevaban más de dos semanas en el pueblo.

Nos dirigimos a la estación de buses y arreglamos par de excursiones. Al llegar al parque compramos los tickets e hicimos una excursión para conocer lo salvaje, la historia y brincar un poco en el monster-truck. Después tomamos un bote para andar entre las aguas de las cataratas, pero lamentablemente no pudimos adentrarnos tanto porque carecían de suficiente agua.


Qué buen ambiente, respiraba un aire distinto, me brotaba la alegría e iban y venían de la nada sonrisas cada cierto tiempo. Y viene la ingenuidad, la inocuidad, el infantilismo… Resulta que entre las vueltas que dábamos en el barco ha salido del agua la pequeña cabeza de un animal que yo no logré distinguir perfectamente y me sorprendió tanto que quise llamar la atención de Buffoni para que lo viera y supiera de él, así que grité a voces "Buffoniiiiiiiiiiiiii, hay un perro en el agua!!!!!!!". Buffoni miró, junto a toda la gente que estaba en el bote (porque me imagino que hubieran saltado a salvarlo o algo así, quién sabe!). Buffoni solo le quedó reírse y decirme "Noooo, Guiiii!, eso es un carpincho".

Y no, no era un perro. Pero bueno, ¿queshelevasher? Conocí un animal más y me empecé a reír con todo el mundo, no me dio tanta vergüenza después de todo.

Después de dejar el perro en el agua tomamos un tren que nos llevaría al punto de partida para recorrer toda la zona a pie, la isla San Martín, los saltos, las cataratas, los puentes y la garganta del diablo. Era un trencito que tenía ruta al cielo, más o menos, porque estaba repleto de niños hermosos.
A caminar, a caminar que se viene lo hermoso. Primero, pudimos ver un Tucán en su pleno hábitat, que debo confesar se ha convertido en mi segundo animal preferido, el primero sigue siendo el pingüino. Segundo, la bruma que se veía a distancia aun sin haber llegado a la garganta del diablo. Tercero, finalmente observar un espectáculo natural, las cataratas de Iguazú. Fue un momento increíble, no pensé que se me fueran a aguar los ojos estando allí, así que preferí concentrarme en captar cada detalle, desde como corría el agua hasta caer a esa profundidad donde se pierde la misma neblina y solo los pájaros conocen. Sabía que este viaje no podía dejar de ser el mejor de los más, más. Fotos y más fotos, por favor. Este momento no es kodak, este momento es canon (la marca de la cámara de Buffoni).

Nos preocupamos por buscar diferentes espacios para obtener tomas desde todos los ángulos posibles y los vídeos por igual. A pesar de que pasaban los minutos como si nada, había que despertar para hacer el trayecto de regreso a pie y así poder ir visualizando las cataratas desde las distintas posiciones. Retornando me sorprendí como después de ver tanta agua caer de un solo lugar, existían otros tantos tan secos. Según nos explicaron la última vez que se registraron datos de lluvias en Brasil eran seis meses atrás, aunado a todas las complicaciones del calentamiento global.
Como siempre, justo a tiempo para tomar el bus que nos devolvería a la estación cercana al hostal. Un día largo en experiencias, sensaciones, vivencias, risas, corto en tiempo.

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